Aquí os dejamos una carta que hemos recibido de una antigua alumna. Nos llena de orgullo y emoción leer algo así.

Estimado Teacher,

Hoy, mientras disfruto de una taza de té en una pequeña cafetería de Londres, sentí la necesidad de escribirte esta carta. Han pasado ya varios años desde que me preparé en vuestra academia para obtener el First Certificate de Cambridge, pero quiero que sepáis que su impacto en mi vida sigue siendo inmenso.

Recuerdo perfectamente mi primer día en la academia. Entré llena de nervios y dudas sobre si sería capaz de alcanzar un buen nivel de inglés. Pero lo que encontré fue un equipo de profesores apasionados y un ambiente cálido que me hizo sentir como en casa desde el primer momento. Las clases no solo eran didácticas, sino también divertidas y motivadoras. ¡Quién diría que el verbo «to be» podía tener tanta gracia con los ejemplos que usaba nuestra teacher!

Gracias a vosotros, conseguí mi certificado de Cambridge y, lo más importante, adquirí la confianza para lanzarme al mundo. Después de obtener el título, decidí mudarme a Irlanda por un año. Al principio fue desafiante, pero pronto me encontré trabajando en un pequeño hotel familiar en Galway, donde cada día atendía a huéspedes de todas partes del mundo. Sin ese certificado y la seguridad que recibí de la academia, jamás habría tenido el valor de dar ese paso.

Recuerdo una anécdota que me marcó especialmente. Un día, mientras trabajaba en la recepción del hotel, llegó una pareja mayor de turistas ingleses. Al principio, se mostraban un poco reservados, pero cuando les hablé en un inglés fluido, sus rostros cambiaron por completo. Terminamos conversando durante horas sobre sus viajes y su amor por Irlanda. Al final de su estancia, me dejaron una nota escrita a mano agradeciéndome por hacer que su experiencia fuera inolvidable. Fue en ese momento cuando me di cuenta del poder del idioma para conectar con las personas.

Después de mi experiencia en Irlanda, mi camino me llevó a Berlín, donde trabajé como coordinadora de proyectos en una empresa internacional. En cada reunión, en cada correo, volvía a recordar las lecciones de la academia. Incluso me atreví a corregir a algunos colegas en sus errores gramaticales (¡con mucho tacto, por supuesto!). El inglés se convirtió en mi herramienta más valiosa para avanzar profesionalmente y abrirme puertas en lugares que antes solo podía imaginar.

Hace unos meses, decidí dar un paso más y mudarme a Londres. Aquí, trabajo como consultora en una empresa de recursos humanos y no pasa un solo día sin que utilice el inglés. Pero más allá del trabajo, lo que realmente me emociona es la vida que he construido gracias a este idioma. He hecho amigos de diferentes nacionalidades, he explorado nuevos países y culturas, y, lo más importante, me he encontrado a mí misma.

Quiero que sepáis que cada logro que he alcanzado en estos años tiene sus raíces en esa pequeña aula de vuestra academia. Gracias por enseñarme no solo un idioma, sino también la importancia de la perseverancia y la confianza en uno mismo. Gracias por abrirme los ojos a un mundo lleno de oportunidades que, sin vosotros, nunca habría descubierto.

Con todo mi cariño y gratitud,

Mar

 

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